Continuando
el mito del hombre primitivo pleno todavía de relaciones sociales
igualadas por el poder limitado de cada uno a su intercambio a
pequeña escala , pierde toda conexión con estas relaciones viéndose
envuelto en una boragine de relaciones no sociales sino materiales
con las persona queda desprotegido frente a una idealización de la
cosa que enmascara una relación personal . Este vuelve a ser el
problema del fetichismo de las mercancías de Marx unido a la
conformación del sujeto en tanto que exterioridad , un sujeto solo
posible con el progreso histórico en el que estamos donde la
por un lado la masificación de las ciudades ha supuesto una
aceleración de vida propiciando esta exteriorización y por otro
lado con la desvinculación de este sujeto de unos valores guiados no
por un plano teorético libre ( al modo de la acción comunicativa )
sino por un aspecto guiado por el interés del mercado ,
generando que la mejor publicidad empresarial es fabricar un
modelo con el que esa exterioridad se identifique y a la vez le
condicione para realizar los propósitos de esta empresa .Esta
es la denuncia que Naomi Klein formula en su obra No
logo donde
sostiene que este modo publicitario fuerza al hombre a no estar
vinculado con sus responsabilidades éticas , no solo encubren el mal
que están haciendo sino que el mal se identifica estéticamente así
el hombre conforma sus proyecciones naturales a una del tipo
económico en ese estado no puede surgir la ética pues no puede
desarrollarse
Esta
conformación estética del hombre frustra una y otra vez sus
expectativas vitales pues los modos de vida que creen comprar al
adquirir el producto de los cuales no disfruta pues no es mas que
ficción, y así la mercancía que se adquiere queda cosificada bajo
una forma material , es un objeto que enmascara una relación social
que además es ficticia .
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