La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación Robert Louis Stevenson

jueves, 13 de junio de 2013

Microfísica del poder



El poder no se posee, se ejerce, afirma Foucault. Preguntarnos cómo se ejerce el poder y cuáles son sus efectos son las preguntas adecuadas dentro de la microfísica del poder. Hay que entender esta rela


ción, que siempre se nos ha presentado como una mera relación dialéctica entre un dominado y un dominante, como una estructura múltiple en la que entra en juego toda la sociedad por completo sin que nadie tenga la titularidad de dichas categorías. En esta red del poder que nos presenta Foucault, todos ejercemos poder y estamos subsumidos a él. El poder es algo enigmático que se deja entrever, trae a colación el sentido etimológico de aletheia, de la verdad como descubrimiento o desvelamiento del ser mismo del poder. El cuerpo social no aparece por consensus sino por la materialidad del poder sobre los cuerpos de los mismos individuos y así, una vez más, vemos como se ha materializado lo trascendente. Esta producción de poder puede generar aparatos del saber (educación, democracia parlamentaria…) pero no construcciones ideológicas, puede formar métodos y técnicas de registro, pero no ideologías. Pero la consideración que merece particular atención es que, esta relación de poder no es represiva sin más, sino que tiene un fin último productivo, en el sentido de que se está produciendo un sujeto. Podemos aceptar que todos ejercemos poder de alguna manera sobre los demás agentes sociales y que también estamos doblegados a ese mismo poder pero, en la actualidad, es notorio que hay un grupo social que, si bien no tiene la autoría de él según Foucault, lo disimula bastante bien. Quizá con un ejemplo lo veamos más claro. El hecho de respetar una ley puede ser una lección aprendida en el entorno familiar, nuestros progenitores ejercen el poder de conseguir que respetemos dicha ley para que luego en la esfera pública nadie pueda desaprobar nuestro comportamiento en aras a respetar la vigencia normativa. Las fuerzas del orden ejercen el poder de limitar nuestros actos para que actuemos según la ley pero, esa imposición viene de arriba, de sus superiores que, ejerciendo su poder, mantienen a los agentes policiales cumpliendo un fin ulterior. Como vemos se da una relación múltiple de poder entre estado, policía, familia y sujeto. Lo que resuena en el trasfondo de todo esto es que la relación de poder viene de un mismo agente, es el estado el que amparado en la posesión de la ley mantiene a la sociedad caminando por una misma vía. El problema radica en si el estado está realmente aplicando la ley abstracta y superior a todos nosotros de la manera más efectiva. A nadie le importa que haya alguien que le haga pensar sobre los efectos de sus actos en la esfera pública pero, puede suceder (de hecho sucede) que ese agente social que debería proteger nuestra libertad y cuidar nuestra puesta en común con nuestros semejantes esté utilizando ese “poder compartido” para ganar un beneficio individual a costa del de los demás. Foucault habla de un sentido último del poder, de un poder con fines productivos, de crear un sujeto. Desde la identificación ley-estado, un grupo piensa que quizá sería satisfactorio crear hombres-masa que estén subsumidos a su interés y que funcionen de tal manera que todo salga según lo previsto. Pero lo que está previsto no es la seguridad ni la libertad de los ciudadanos, es un plan que salvaguarda el interés privado del grupo que quiere vendernos una imagen paternalista.

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