Al tratarse de poder y democracia, "La Corporación" guarda una importante relación. En la situación actual nos declaramos abanderados del desarrollo, de lo evolucionados que estamos, y de lo lejos que hemos llegado, cuando no hace falta ser una mente brillante para alzar la vista y ver como las grandes democracias que presuntamente gobiernan los países desarrollados del mundo, han entregado ese supuesto poder, al económico, el dinero y sus consecuencias controlando la suerte de la humanidad, el poder de las personas prostituido. La Corporación sólo muestra esa idea haciéndose realidad en forma de funcionamiento legal, técnico y burocrático, donde lo económico y lo jurídico se mezclan. Comienzan con intención de generar riqueza en un sentido público, pero acaban sin control y con un fin individual y egoísta, asociaciones de personas a las que un estado habilita legalmente, se hacen "personas" a nivel legal, y las corporaciones pese a no ser humanas obtienen ese trato de la ley, pero no lo son, no tienen responsabilidad social ni moral, actúan según las mismas reglas del sistema, el capitalismo puro, los beneficios, la moral se sustituye por rentabilidad. Se relaciona a las corporaciones con la psicopatía, pero en realidad no es más que el fracaso de la humanidad en el sentido mas puro, el dinero no respeta nada, no tiene ninguna consideración con los demás. Si la política se agacha, el mercado se impone, y la humanidad se perdió en el camino, no se puede esperar justicia, ni humanidad, de un mundo que se rige por los beneficios temporales de alguien de algún lugar. ¿Dónde están ahora las democracias desarrolladas y civilizadas?¿Dónde el poder de las personas? Lo hemos entregado a algo impersonal, aunque eso conlleve infinitos delitos morales, que gente muera, destruir nuestro propio planeta, o una tiranía generacional, la vida está en decadencia. Pido un gran aplauso para el ser humano, el único capaz de destruirse a si mismo y todo lo que le pudiese importar, por el beneficio de unos pocos durante poco tiempo. A menos que cambiemos la forma de hacer las cosas, o a quien decide esa forma, la esperanza es un mero capricho... Juan Carlos Castilla Sanz

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