La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación Robert Louis Stevenson

viernes, 14 de junio de 2013

La historia de los bancos, una "fairy tale"


La primera pregunta que debemos hacernos acerca de los bancos es la siguiente: ¿cómo es posible que entidades de tan corta existencia hayan tenido tal evolución que les haya permitido llegar a la actual envergadura? El documental “Inside Job” nos expone críticamente las estrategias de intromisión y evasión de responsabilidades sociales estipuladas por una política que se acaba rindiendo a la infalibilidad de la corrupción como estrategia más poderosa. El paso de una política de reconstrucción de los daños provocados por el Crack del 29 que vigilaba de cerca los pasos de las pequeños depósitos bancarios prohibiéndolos efectuar la inversión de riesgo con el dinero de sus clientes, a la desregularización total y el desdibujamiento de límites de actuación de este tipo de bancos, marcaría el comienzo de la era del imperialismo bancario. La desregulación que tuvo comienzo con Reagan y se consolidó con el gobierno del presidente más popular de los últimos años de la historia de EEUU, Bill Clinton, fue la que abrió las puertas a la cadena de bursatilización. Este sofisticado proceso, en primer lugar, hace como por arte de magia que la hipoteca se convierta en bonos CDO que son puestos en venta y tiene como objetivo que el banco no pierda si su cliente finalmente no realiza los pagos. En segundo lugar, la despreocupación provoca que se lancen las hipotecas subprime que endeudan a las personas y a las generaciones de sus generaciones. Como resultado de este delirio en años de prosperidad los bancos sufren una quiebra monumental en el 2008 y piden el rescate a los gobiernos. Y esto no es otra cosa que la emisión de deuda pública para que, con los impuestos de los ciudadanos, pueda eliminarse, y así potenciar el crecimiento del país. El documental denuncia a modo de introducción este derrumbe de piezas de domino, que en último término afecta a la que representa a la población inocente, para entrar en profundidad en las mayores injusticias cometidas relativas al enriquecimiento de los directivos bancarios y su ambiente fértil. Esto es, en el mayor periodo de ganancias estos personajes ganaban más del 30% (que se traduce en unos 4 millones) y tras la quiebra mantienen su puesto y salario. Ahora bien, esto solo ocurre con los bancos más grandes que tienen poder para comprar otros más pequeños y derecho concedido a ser rescatados. Nos conduce así a la conclusión de que la quiebra se impone como necesidad para la ampliación de capital de las empresas, compartido, eso sí, con los miembros del gobierno, pues aquí llega el momento estelar del “fairy tale”. Y dice así: los directivos de empresas son los asesores del gobierno que respaldan estas actuaciones, y en un segundo escalón de la sociedad así conformada son los profesores de universidades que colocan el veneno en la boca de la sociedad para reactivar este círculo de reencarnación. Mientras tanto en la base de la pirámide se encuentra la primera generación de jóvenes que disponen de menos posibilidades económicas que la anterior. Estamos hablando de involución y recortes tortuosos peores que la guillotina.
Paula Villar Hernández

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