La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación Robert Louis Stevenson
viernes, 14 de junio de 2013
La corporación
Las corporaciones son sociedades comerciales que funcionan buscando el beneficio. El documental empieza señalando como las corporaciones están reconocidas como personas frente a la ley, como personas jurídicas. Puedan comprar y vender bienes, denunciar y ser denunciadas. La diferencia es que no pueden tener, como ocurre, o se espera que ocurra, con las personas, una moral. No posible tampoco exigírsela, en cuanto las corporaciones son construcciones artificiales, no hay en última instancia nadie detrás que responda por sus actos (de manera moral, legal si). El documental avanza con el siguiente hilo conductor: al igual que las personas puede ser diagnosticadas como psicópatas, las corporaciones, en cuanto se les da la consideración de personas, podrán ser consideradas psicópatas cuando tengan determinados síntomas. No creo que haya que entender este desarrollo de manera literal, sino como una manera de mostrar diferentes aspectos de las corporaciones (se entiende que negativos) de manera paralela a síntomas de desequilibrios mentales. Algunos de estos síntomas son: indiferencia por los sentimientos ajenos, desprecio por la seguridad de los demás, incapacidad de ajustarse a las normas sociales...La idea final es que las corporaciones están "enfermas" y, en la medida que dominan la sociedad, esta está enferma también. Ahora, las corporaciones no es que estén enfermas (no pueden por definición estarlo, por mucho que sean consideradas personas jurídicas no son personas reales) sino que no muestran ningún escrúpulo es sacar adelante sus intereses. Los individuos que las forman si que tienen, en última instancia y en algunos casos, preocupaciones morales. Pero las dimensiones absolutamente monstruosas de las corporaciones actuales no permiten ningún radio de acción a individuos preocupados. La propia lógica interna de las compañías busca el beneficio y ninguna persona, por muy buenas intenciones que tenga (algo por otra parte dudoso en la inmensa mayoría de los casos), puede realmente cambiar nada. No existe en el mundo una verdadera limitación, en forma de leyes, a la acción de las corporaciones. Y, como cuentan en un tramo del film, en un momento dado violar ciertas leyes se convierte simplemente en una acción de negocio; evaluar la rentabilidad de seguir la ley y ganar menos o violar la ley, ganar más y pagar luego una millonaria (pero perfectamente asumible) multa. Es una racionalidad instrumental, incapaz de evaluar más allá de los fines pero nunca los medios. Podría ser útil en este punto sacar a colación la distinción entre razón privada, que busca maximizar beneficios individuales, y la razón pública, que tiene en cuenta el bien común. Las corporaciones, por mucho que se les de un estatuto de personas en el campo jurídico, no tienen, como se puede esperar de las personas, una razón pública.
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