La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación Robert Louis Stevenson

jueves, 13 de junio de 2013

Amartya Kumar Sen

Amartya Kumar Sen es un filósofo y economista nacido en la India en el año 1933. En el año 1998 fue galardonado con el Premio Nobel de Economía, lo cual dio proyección internacional a sus teorías. Su trabajo como economista es peculiar respecto a muchos de sus compañeros de profesión, en cuanto intenta ir más allá de interese privados y datos de crecimiento a la hora considerar la economía. Pese a que su enfoque sigue siendo absolutamente minoritario, ha participado en la elaboración de algunos indicadores económicos aceptados y políticas de desarrollo, el índice de desarrollo humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo podría considerarse su mayor hito en este sentido.
En su obra más reconocida, “Pobreza y hambruna: un ensayo sobre el derecho y la privación” sostiene que el hecho de que haya hambre en el mundo no se debe a una ausencia de alimentos sino a una mala distribución. Hoy en día es una tesis bastante obvia, dado los grandes conglomerados empresariales que dominan el mercado alimenticio mundial, pero puesta en contexto en el 1981 de su publicación si que resulta más rompedora. El concepto más importante, por desarrollo y aplicaciones posteriores, de Sen es el de capacidad. Lo importante es ver no los derechos sino las posibilidades que hay de cumplirlos. Sen busca, en vez de una libertad negativa, de no interferencia, una positiva, de apoyo directo y potenciamiento de estas capacidades.  Una filósofa norteamericana, Martha Craven Nussbaum, en su obra “Crear capacidades” nos cuenta la historia de Vasanti, una joven hindú. Podríamos poner un ejemplo similar en España con el derecho a la vivienda. Reconocido por la constitución, la libertad que encontramos aquí es como mucho negativa, uno puede comprar una casa siempre que disponga de los recursos. Ahora, en un clima de precios elevados y salarios cada vez más bajos, ¿Dónde queda la libertad positiva, la capacidad de pasar este derecho a realidad? Este ejemplo nos sirve además para poner de manifiesto un problema que surge al interno de este concepto de capacidad. ¿Cómo consideraríamos en este ejemplo las hipotecas? Evidentemente como potenciadores de esta capacidad, como actualizadores (en sentido aristotélico) de este derecho a la vivienda que poseemos en potencia. El problema surge cuando estas hipotecas tienen términos abusivos o directamente ilegales. Podríamos entonces decir que dentro del concepto de capacidad surge la posibilidad de la manipulación, lo cual está muy lejos de invalidarlo, sino simplemente llama la atención sobre el hecho de considerar con atención sus aspectos potencialmente problemáticos. 

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